La supervisión clínica es el proceso en cual un profesional de la salud mental (por ejemplo, un psicólogo, un psiquiatra u otro agente socio sanitario) trabaja con un supervisor experimentado para revisar y mejorar su práctica clínica. Durante la supervisión clínica, el profesional comparte detalles sobre sus casos y recibe orientación, apoyo y retroalimentación constructiva del supervisor. La supervisión clínica es un componente importante del desarrollo profesional continuo y ayuda a garantizar que los profesionales brinden un servicio de alta calidad y cumplimiento con los estándares éticos y legales.

El Department of Health (1993) realiza la siguiente definición sobre la supervisión en psicología: “Proceso formal de soporte y aprendizaje, que facilita a los profesionales en formación desarrollar conocimiento y competencia, asumir responsabilidad sobre su propia práctica y mejorar la protección y seguridad de la persona que recibe cuidados en situaciones complejas”.

La supervisión clínica es necesaria en la formación en psicoterapia, está condicionada por el docente y sujeta a evaluación. Distintos organismos como la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapia, establecen entre los criterios exigidos para la acreditación como Psicoterapeuta, horas de supervisión clínica grupal e individual para asegurar la buena praxis de sus acreditados. En concreto FEAP establece 100 horas de supervisión clínica para la acreditación.

La supervisión tiene el objetivo de potenciar la capacidad del supervisando para realizar una intervención terapéutica eficaz con el consultante, desarrollar la capacidad de observarse tanto a sí mismo como al paciente.

En el espacio de la supervisión convergen aspectos didácticos que el alumno ha ido adquiriendo a lo largo de la formación en un modelo teórico y la intervención terapéutica que se genera en el contexto clínico. 

Al enfrentarnos a la experiencia, nos topamos con inquietudes que se tornan obstáculos. Uno de los más habituales al inicio es el deseo de controlar a través del saber académico ante la emergencia de la angustia por no saber. Algo que puede llevar al terapeuta nobel a entrar en actitudes psicoeducativas en lugar de terapéuticas.

La experiencia en cualquier caso es algo que va más allá de un proceso de conocimiento, ese conocimiento es necesario, así como la implementación de habilidades y herramientas, pero en el campo que nos ocupa, la psicoterapia, es también necesario preguntarse sobre aquellos aspectos que resultarán obstáculos en la relación terapéutica. Por eso, a la experiencia le corresponde la inquietud de la pregunta y el espacio de supervisión, como espacio de reflexión sobre nuestra propia reflexión se torna fundamental.

Los profesionales de CBP Psicólogos, acreditados como supervisores docentes, formamos parte del claustro de AESFASHU que ofrece una formación en psicoterapia sistémica completa y de calidad, desde las bases del modelo hasta los aspectos más prácticos de aplicación.