La psicosis se considera como un desorden mental severo, con o sin un daño orgánico, caracterizado por un trastorno de la personalidad, la pérdida del contacto con la realidad, causando en consecuencia el empeoramiento del funcionamiento social normal.
A menudo se confunde el término psicosis con el de esquizofrenia: la esquizofrenia es un tipo de psicosis grave, pero existen diferentes tipos de psicosis ligados a diferentes causas y también con evoluciones diversas, desde episodios psicóticos breves que se resuelven pronto, a otros causados por tóxicos o ligados a diversas causas orgánicas.
Son diversos los síntomas que hacen pensar en un cuadro psicótico: a veces los primeros síntomas son comportamientos inusitados, inhabituales en la vida de esa persona, también movimientos exagerados de repliegue sobre si mismos, ideas de persecución o desconfianza extrema, soliloquios, alucinaciones, delirios, confusión, agitación, así como otros síntomas ligados a la esfera afectiva donde un hundimiento depresivo grave, puede ir acompañado de ideas delirantes de culpabilidad, fracaso, ruina…
No podemos olvidar que estos síntomas no son específicos y que podemos encontrarlos en diferentes trastornos mentales: un diagnóstico diferencial es por lo tanto el primer paso antes de sentar una indicación de tratamiento
En lo que respecta a la Psicosis esquizofrénica, el DSM (Manual estadístico y diagnóstico de los trastornos mentales, de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense) incluye los siguientes criterios para que podamos hablar de este trastorno:
A.- La aparición de síntomas característicos, presentes cada uno de ellos durante una parte significativa de un periodo de un mes:
Ideas delirantes
Alucinaciones
Lenguaje desorganizado
Comportamiento catatónico o gravemente desorganizado
Síntomas negativos, por ejemplo, aplanamiento afectivo, alogia o abulia
B.- Disfunción social / laboral: Durante una parte significativa del tiempo desde el inicio de la alteración, una o más áreas importantes de actividad, como son el trabajo, las relaciones interpersonales o el cuidado de uno mismo, están claramente por debajo del nivel previo al inicio del trastorno (o, cuando el inicio es en la infancia o adolescencia, se constata fracaso en cuanto a alcanzar el nivel esperable de rendimiento interpersonal, académico o laboral).
C.- Duración: Persisten signos continuos de la alteración durante al menos 6 meses. Este período de 6 meses debe incluir al menos 1 mes de síntomas que cumplan el Criterio A (o menos si se ha tratado con éxito) y puede incluir los períodos de síntomas prodrómicos (comportamientos inusitados) y residuales. En estos últimos periodos, los signos de la alteración pueden manifestarse sólo por síntomas negativos o por dos o más síntomas de la lista del Criterio A, presentes de forma atenuada (por ejemplo, creencias raras, experiencias perceptivas no habituales).
Trastornos Psicóticos y Esquizofrénicos
CBP Psicólogos